"Buenos días, necesito que me ayude
con un diseño....", luego de las respectivas presentaciones estas
generalmente son las palabras para comenzar
el trato con un potencial cliente que requiere de la ayuda de un profesional
en diseño.
Vayamos al caso concreto de una persona
que desea un logotipo para su empresa.
Desde el inicio se ponen en evidencia las
diferencias entre un profesional del diseño en comparación con los
"servicios de diseño" que ofrecen muchas imprentas y centros de
impresión digital.
La primera fase es una entrevista con el
cliente para indagar sobre información clave para comenzar a desarrollar ideas. Se necesita saber no solo la actividad de su empresa,
sino también los valores que desea comunicar y a que tipo de público va
dirigido.
Luego de esta entrevista, se pasa a una
segunda etapa muy necesaria, la de investigación, incluso estudiar a la
competencia para después poder elaborar varios bocetos que luego de un
obligatorio proceso que puede tomar días o semanas dar como resultado uno o
tres resultados que serán los que mas se identificaran con el servicio y lo que
se desea transmitir.
Algo muy diferente sucede en lugares
donde se ofrece el "servicio de diseño gráfico". Generalmente solo necesitan la información
mas básica (nombre de la empresa, a que se dedica, incluso los colores que le
gustan) para elaborar en pocas horas entre 5 a 10 propuestas para su marca. La comodidad del "googleo", la
falta de una debida investigación así como el uso excesivo de recursos
prediseñados (cliparts) llevan a que se ofrezca un resultado rápido pero sin
verdadera identidad y profesionalismo.
Aquí entramos a otro error que se esta
haciendo muy común en la actualidad al elaborar un logotipo. Es saturar de efectos en el Photoshop a la tipografía más novedosa
que se encuentre. Se deja a un lado los
conceptos básicos que debe contener una marca para ser identificada como es, el uso apropiado de la semiótica para lograr
una adecuada y fácil interpretación por parte del espectador.
Otro mal hábito que se esta posicionando
en la sociedad ecuatoriana por parte de algunas medianas imprentas y centros de
impresión, es el ofrecer el diseño gráfico como un "servicio adicional"
para así demostrar un estatus más elevado.
Esta práctica lleva incluso a ofrecer casi como regalo este servicio,
con la intención de lograr cerrar un negocio de impresión con el cliente. Esto probablemente traerá como resultado un
diseño sin verdadera estética, con una diagramación que no cumple una correcta
lectura visual y un uso inadecuado de colores, inculca en la mente del cliente
la idea de que el diseño gráfico es sencillo y por ende debe ser barato.
El diseño gráfico no es un simple
maquillaje, no es un conjunto de formas y colores que no siguen reglas de
composición y que solo se basa en el simple gusto del cliente.
Mitos
sobre el diseño gráfico
Existen en la sociedad algunos mitos
referentes al diseño que lo único que logran es denigrar esta hermosa
profesión, como que es fácil, ya que el software lo hace todo, que cualquiera
puede diseñar con solo aprender los programas adecuados e incluso que el
diseñador lee la mente.
Primero, un diseñador profesional puede
dar la impresión de que lo que hace es fácil, pero eso se debe a que se ha
preparado para saber interpretar por ejemplo que colores favorecen a una marca
o que tipo de letra funciona mejor. El
cerebro de un creativo gráfico nunca se apaga y no se rige por un horario.
¿Todos pueden diseñar?, en teoría sí, en
la práctica es muy diferente. Diseñar va
más allá de saber un programa y combinar colores. Es una amalgama de conocimientos como
psicología del color, semiótica, simbologías y muchos otros componentes que
solo a través del estudio, como cualquier otra profesión, se pueden aprender.
El diseñador no lee la mente, aunque a
veces parezca que si. Mientras mas
información pueda ofrecer el cliente, se logrará un resultado mas satisfactorio
para su empresa o marca.
Acostumbrados
al diseño mediocre
Todos estos ejemplos mencionados
anteriormente solo han creado en nuestra sociedad una costumbre a ver como
normal y aceptable un diseño mediocre.
Hasta un buen profesional salido de las aulas de la universidad puede
caer, producto de la rutina de "diseñar rápido", en un circulo
vicioso de resultados "medio bonitos".
Ahora, las preguntas son: ¿qué se
necesita para voltear esta realidad a favor de los verdaderos profesionales del
diseño?, ¿como hacer cambiar esos paradigmas que se tienen sobre el diseñador
ecuatoriano? y sobre todo ¿cómo lograr que nuestro trabajo sea respetado?.
Autor: Unknown
Pixatero
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